Por opciones no será. Pero, efectivamente, cuando nos acompañan los peques, las escapadas deben adaptarse o bien a sus gustos o bien a sus limitaciones. Cualquier niño no puede hacer según qué ruta, ni querrá -o lo hará a regañadientes- ir a un museo que sólo le interesa a los mayores. Por eso, siempre es preferible diseñar un plan que les atraiga y, de esta manera, la experiencia y la sonrisa estarán garantizadas. Como decimos, aquí por opciones no será.
Hadas y duendes en bosques escondidos
El otoño está a la vuelta de la esquina. Y con esos colores se convierten en escenarios ideales para hablarles de duendes, de gnomos, de hadas, de historias encantadas. No hace falta que les metáis una caminata excesiva; bastará con asomarse al interior y caminar en busca de estos seres que encandilan a niños y también a los mayores.
Por devoción y paisajes escogemos dos localizaciones: el Bosque de La Pardina del Señor (entre Fanlo y Sarvisé) y el Cañón de Añisclo adentrándose desde el propio puente de San Úrbez. Lo pasaréis genial. Y ya, si les proponéis un juego de pistas –dadle vueltas a la cabeza y sed ingeniosos- mejor que mejor.
Museos sí, pero para ellos
Así a bote pronto se nos ocurren varios. Dinópolis, por supuestísimo y porque es una apuesta segura. Si no habéis estado ya estáis tardando, porque el planteamiento es excelente. Y el resultado hace que cualquier pequeñajo salga encantado tras haber conocido algo más de los siempre atrayentes dinosaurios. Otro muy chulo es el Museo Origami de Zaragoza. ¿Quién sabe?. Igual luego en casa los folios tienen otro uso. El Museo del Fuego, también en la capital, es muy recomendable aunque seguramente ya lo habrán visitado con el cole. Y en las Cuencas Mineras imprescindible también el Museo Minero de Escucha… una pasada. Tomad nota, elegid y a seguir enriqueciendo la cultura y el interés de los peques.
¿Autoaventura en autocaravana?
Es una tendencia que está al alza. Y lo de viajar con la casa a cuestas es toda una experiencia que, sin lugar a dudas, les encantará. Os encantará, vaya, que también os incluye a vosotros. En el alquiler tendréis un primer acercamiento. Os permitirá hacer noche en lugares asombrosos con el confort que este tipo de vehículos plantean. Aquí no nos atrevemos a deciros dónde ir porque las opciones son innumerables. Eso sí, cumplid las normas y no vayáis al tuntún. Por lo demás, probad esta forma de viajar… en Aragón somos privilegiados por tener tantos hoteles de mil estrellas.
Surcar los mares
¿En Aragón?, ¿en serio?. Pues sí. También es posible. Con la cantidad de embalses que tenemos y la oferta que muchos plantean podemos convertirlos en exploradores aguerridos en busca de aventuras. Así a bote pronto se nos ocurre hacerlo, por ejemplo, en los catamaranes que atraviesan el Congost de Montrrebei… una de las experiencias turísticas más sorprendentes de toda la comunidad. Buscad su propuesta en internet y veréis cuál es su planteamiento. No hay que coger un kayak, que puede hacerse, aunque nosotros lo hacemos en Lanuza, en el Embarcadero Suscalar, al atardecer. Lo mejor es navegar por ese rincón y contribuir a que la felicidad de los pequeños se multiplique por nudos como medida de velocidad.
Como Tarzán y Jane
Nos aproximamos a una época en la que es tarde para los barrancos y pronto para las raquetas de nieve. El turismo activo lo dejamos para mucho más adelante pero, sin embargo, tenemos una opción muy divertida. Y es el arborismo. Este tipo de actividades, veteranas en nuestra comunidad, tiene varias localizaciones (Murillo de Gállego, Biescas, Sodeto…) y la fórmula es irrebatible: arnés, casco y a caminar entre árboles con puentes tibetanos, tirolinas y otros artilugios que harán que vuestros hijos/sobrinos/ahijados y demás lo pasen bomba y con total seguridad. Papás y mamás con escasa adrenalina abstenerse.
Hay muchas más alternativas. Por eso quizá sigamos contándoos cuáles son el resto de propuestas que coinciden en esta tierra. Id una por una para empezar y ya continuaremos, que eso, a buen seguro, será otra historia inolvidable.
