Si buscas un destino con alma, historia y paisajes que te reconcilien con la calma, este año pon rumbo a Tronchón, un pequeño gran tesoro escondido en el corazón del Maestrazgo turolense. A veces, lo que más necesitamos está en los lugares menos transitados.



Un pueblo de película… y de literatura
Tronchón no es un lugar cualquiera. Este pueblo medieval, declarado Bien de Interés Cultural, está cargado de historia y autenticidad. Su nombre suena en El Quijote, donde Cervantes ya hablaba del famoso queso que aquí se elabora desde hace siglos, y que hoy puedes seguir degustando con la misma esencia artesana de entonces. Un sabor que no se olvida.
Pasear por sus calles empedradas es como abrir un libro antiguo: casas con escudos nobiliarios, hornos medievales, una impresionante iglesia renacentista o la antigua nevera de hielo, que se usaba para conservar alimentos antes de la llegada de la electricidad. Todo cuenta algo. Todo tiene vida.



Naturaleza en estado puro
Rodeado de montañas, barrancos y campos que huelen a tomillo y romero, Tronchón es también un paraíso para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Desde el pueblo parten rutas que atraviesan paisajes salvajes, perfectos para desconectar, respirar hondo y dejarse llevar. El silencio aquí no pesa: al contrario, cura.
Puedes explorar la Piedra del Castillo, con unas vistas panorámicas espectaculares, o caminar hasta los tornos —ingeniosos sistemas hidráulicos que aprovechaban la fuerza del agua en plena montaña—. Y si quieres saber más antes de lanzarte a la aventura, no te pierdas la serie de vídeos que ha publicado la comarca del Maestrazgo, donde conocerás no solo Tronchón, sino toda la riqueza del entorno. Puedes verlos aquí.
Tradición que se saborea
Además de su célebre queso, Tronchón mantiene viva una cultura rural auténtica. No es un decorado: es un pueblo que se habita, se trabaja y se cuida. Visitar su museo etnológico es sumergirse en la vida de sus gentes: oficios tradicionales, herramientas, utensilios del día a día… todo lo que ha construido su identidad a lo largo de los siglos.

En Semana Santa, la tranquilidad del pueblo y su entorno lo convierten en el refugio perfecto para quienes huyen del turismo masificado. Aquí no encontrarás colas ni prisas, pero sí rincones que parecen pensados para reencontrarte contigo mismo o para compartir momentos inolvidables en pareja o en familia.
¿Por qué Tronchón esta Semana Santa?
- Porque te espera un patrimonio monumental que sorprende.
- Porque su queso es parte de la historia de la gastronomía española.
- Porque el Maestrazgo es uno de los grandes paisajes por descubrir de Aragón.
- Porque aquí el tiempo no se pierde: se saborea.
📍 Tronchón está a poco más de una hora de Alcañiz, y muy cerca de otras joyas como Cantavieja, Mirambel o La Iglesuela del Cid. Puedes organizar una escapada circular por el Maestrazgo y empaparte de historia, cultura y naturaleza sin salir de la provincia de Teruel.

Créditos fotografías: Turismo de Aragón