CINCO DESTINOS PARA RAQUETEAR EN ARAGÓN
Un gran invento, sin duda, que atraviesa un momento de auge sin caducidad a la vista
Raquetear en Aragón
Cada vez somos más los que nos calzamos un par de raquetas y devoramos kilómetros accesibles por paisajes fascinantes.
Tenemos suerte: el invierno aragonés es un privilegiado escenario para su práctica y como somos de casa no tenemos que viajar demasiado lejos.
Pautas para iniciarse
Las opciones son interesantísimas para todos los niveles, sin embargo, antes de localizar los puntos calientes –véanse rutas gélidas- es conveniente hacer hincapié en una serie de pautas para iniciarse.
¡¡Vamos allá!!
- No requieren de un aprendizaje previo. Sí una técnica, pero se pilla enseguida.
- Suelen usarse en perfiles suaves y no en zonas con demasiados desniveles.
- Tendrás que acostumbrarte a caminar como si tus pies fuesen de la talla 68-70.
- Ojo a la calidad de la nieve. ¿Demasiado dura o incluso helada?. Mejor darse la vuelta.
- El alquiler es la mejor opción para iniciarse. Si te gustan hazte con las tuyas.
- Sal siempre y cuando tengas la confirmación de que la meteo es buena. Consulta http://www.aemet.es/es/eltiempo/prediccion/montana y si el grado de peligrosidad supera el nivel dos busca otro lugar.
- Los riesgos que asumes con las raquetas son los propios de la montaña en invierno. Ve bien equipado y si te acompaña un guía mejor que mejor.
Cinco propuestas asequibles
Llanos del Hospital: sigue uno de los recorridos de la estación nórdica (sin pisar la huella ni entorpecer a los esquiadores) y pon rumbo al Plan d´Están. Desde allí continúa hacia La Besurta. Todo será coser, cantar y alucinar con uno de los paisajes invernales más hermosos del Valle de Benasque.
La Ripera: lo elegiríamos una y mil veces como rincón idílico del Valle de Tena. Subir con raquetas es cómodo y la recompensa al final del camino es inolvidable. No adelantamos más. Cuando vayas, partiendo desde la telecabina de la estación de esquí a la izquierda, por el PR HU-95, espera un efecto wow de campeonato.
Llanos de La Larri: en pleno corazón de Pineta, rincón fetiche de muchos montañeros, se encuentra este valle colgado al que recomendamos acceder por el GR 11 –que pasa por el Parador de Bielsa- y regresar por la pista siempre y cuando no haya riesgo de avalanchas. Verás qué día te espera.
Circular en Valdelinares: dar un paseo por la estación de esquí turolense, sin ninguna dificultad, es una experiencia asombrosa. Además, estar junto a las pistas siempre aporta seguridad y confianza. Traza tu propio camino y sácale partido a las raquetas disfrutando de este pedacito de la comarca de Gúdar- Javalambre.
La Muela de Griegos: el entorno de este pequeño pueblo de la Sierra de Albarracín posee unas curiosas formaciones llamadas dolinas –depresiones geológicas- que están conectadas por un camino apto para hacerlo con raquetas de nieve. En la vecina estación de esquí de fondo podrás alquilar. Luego ya, pasos cortos, seguridad y a sentir la nieve turolense.